Quién fue el último Samurai

Suele suceder que cuando pensamos en el último samurai, nos venga la imágen de Tom Cruise como protagonista de la película taquillera que lleva dicho nombre. Aunque se trata de una película entretenida y dramática, no es muy fiel con la historia.

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El último samurai históricamente, fue Saigo Takamori. Fue un intelectual, político y líder de Satsuma han, en la actual Prefectura de Kagoshima, durante el final del periodo Edo e inicios de Meiji.

Durante esta época, Japón se vió forzado a abrir sus puertas al comercio e influencia extranjera por parte de las potencias imperiales occidentales, con los que firmó tratados comerciales y legales que perjudicaban a la sociedad japonesa. Muchos estaban muy inconformes con estos acuerdos y los abusos que recibían de ciudadanos de dichas potencias occidentales.

El gobierno estaba dirigido por el Shogun, Tokugawa, el cual estaba perdiendo mucha popularidad por dichos tratados y otras decisiones controvertidas. Saigo Takamori era abiertamente contrario a las decisiones del gobierno y contaba con el apoyo de su comunidad, por lo que después de varios incidentes, batallas y alianzas, derrocaron el gobierno del Shogunato e instauraron una nueva forma de gobierno con el Emperador Meiji a la cabeza.

Saigo Takamori salió beneficiado políticamente y rápidamente alcanzó puestos muy altos en el nuevo gobierno, siendo incluso regente máximo del gobierno nacional durante un tiempo. Algunas de sus ideas y propuestas no fueron muy bien recibidas por sus colegas en el gobierno por lo que fue expulsado del gobierno.

Saigo Takamori decidió regresar a su tierra natal y abrió una academia, donde enseñaba política. Sus alumnos lo admiraban, ya que era una persona muy culta y honrada, por lo que no podían creer que lo hubieran expulsado del gobierno.

Molestos y escandalizados, decidieron rebelarse contra el gobierno a favor de Saigo Takamori. El asunto escaló al punto que el gobierno central envió tropas para deshacer las insurrección.

La batalla fue muy desigual porque el ejercito nacional contaba con armamento moderno, mientras que el ejercito de Saigo Takamori aun luchaban con armas tradicionales como la katana (espada japonesa)

Saigo Takamori y sus alumnos fueron vencidos, por lo que Saigo decidió realizar el Seppuku o suicidio por honor.

Eventualmente, en 1889, el Emperador Meiji le otorgó el perdón póstumo, y Saigo Takamori fue considerado Héroe de Japón