¿Quién es el legendario Momotaro?

La historia de Momotaro (el niño melocotón) es un cuento de hadas japonés clásico que se remonta al período Edo de la historia de Japón. Se las ha arreglado para durar siglos gracias a su forma simplista de transmitir: aventura, camaradería, coraje y respeto.

A este punto, probablemente te estés preguntando ¿por qué el alias, Momotaro? (niño melocotón) Bueno, la historia va así…

Un día, un melocotón gigante cayó del cielo en un río. Junto a ese río, una anciana lavaba su ropa y mientras lavaba se dió cuenta del enorme melocotón que flotaba río abajo. Emocionada de encontrar un melocotón tan grande, lo sacó para llevárselo a su casa para la cena.

Su esposo llegó a casa después de un duro día de trabajo cortando leña en las montañas. Hambriento y sorprendido de ver un melocotón enorme, le pidió a su esposa que lo cortara. La anciana sacó un cuchillo grande, pero justo antes de empezar a cortar el melocotón, gritó una voz desde el interior del melocotón: “¡Espera, no me cortes!”.

Sorprendida por la voz que gritaba, la anciana se inclinó cautelosamente hacia atrás. Su esposo y ella observaban ansiosamente cómo el melocotón se agitaba cuando lo que estaba adentro salió del melocotón. La pareja de ancianos se sorprendió cuando el melocotón se rompió en dos y del interior emergió un bello bebé.

A la pareja de ancianos les tomó un momento recuperarse de la impresión. Una vez recuperados de la sorpresa se dieron cuenta de que el bebé que tenían frente a ellos era un regalo del cielo. Acordaron criar al bebé como si fuera su propio hijo y le dieron el nombre de Momotaro, que literalmente significa “Niño Melocotón” en japonés.

Momotaro se convirtió en un niño respetuoso, amable y fuerte. Cuando cumplió 15 años, se despertó con un impulso espiritual de vencer a los ogros malvados que vivían en una isla lejos de ahí.

Momotaro le contó a su padre sobre la misión que emprendería. Al principio su padre se entristeció de que Momotaro se fuera en un viaje peligroso, pero al mismo tiempo, se enorgulleció de que su hijo quisiera cumplir un acto heroico. El padre le dió a Momotaro su bendición y le regaló una espada y una armadura para ayudarlo en su aventura.

En el camino, Momotaro se encuentró con un perro que hablaba, un mono y un faisán. Al principio, cada uno de los animales se portaba hostil hacia él, pero después de que él les contara sobre su aventura para luchar contra los ogros, inmediatamente se disponen a ayudarlo y Momotaro recompensa a cada animal con una bolita de masa por su valentía de unirse a él.

Una vez que el grupo finalmente llega a la isla de los ogros, y viendo la fortaleza empiezan a idear cómo entrar. El faisán, siendo el más inteligente, voló sobre la guarida de los ogros y distrajo a los guardias picándoles la cabeza. El mono que era el mejor escalador del grupo, mientras los ogros estaban distraídos, trepó por las paredes y abrió la fortaleza para que Momotaro y el perro entraran corriendo.

Había muchos ogros dentro de la guarida, y fue una batalla larga, pero finalmente el heroico grupo pudo vencer a los ogros. Después de enfrentarse a la derrota, los ogros se rindieron ante Momotaro, prometieron no volver a ser malvados nunca más y le entregaron todo el tesoro que habían robado.

Momotaro estaba asombrado por el tesoro, nunca había visto tanto oro y plata en su vida. Dividió el tesoro entre los de su grupo, se despidió de ellos y regresó a casa con sus padres.

Después de llegar a casa, les mostró a sus padres todo el tesoro que había reunido. Al igual que Momotaro, se sorprendieron y alegraron de ver tanto oro y plata que había reunido. Pero lo más importante era que estaban más felices de ver que Momotaro había regresado con ellos sano y salvo.

Y así termina la historia del heroico Momotaro.

La historia de Momotaro es una divertida aventura que cualquiera puede disfrutar. Es una historia arraigada en los japoneses desde la infancia. Tanto es así, que es fácil encontrar Momotaro personificado en muchos productos.

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