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Japón Evita lo Impredecible
Es muy común referirse a Japón como un país cerrado, donde el cambio se produce muy lentamente o es prácticamente nulo, donde el cuidado por lo tradicional roza con el fanatismo, etc. Pero esto no toma en cuenta la gran cantidad de factores que moldean a la sociedad, no solo la japonesa.
Japón, a la vez, goza de fama mundial por la innovación tecnológica y científica, muchas veces mencionando cómo Japón “vive en el futuro”
Esto parecería una contradicción absoluta, pero hay un factor especialmente importante que muchas veces no se menciona junto a estas características. Y es que Japón, o su sociedad para ser más precisos, evitan lo impredecible. Siempre dentro del rango de lo posible, buscarán prever las posibles resoluciones a una situación o acción, tomándose el tiempo que crean necesario para hacer cualquier cambio.
Hay que recordar que Japón se encuentra en una situación geográfica muy delicada. Extremadamente telúrico, volcánico, con temporadas de fuertes tifones, y tsunami que acechan constantemente las poblaciones costeras. Japón creció a través de los siglos, como una sociedad siempre alerta a las señales que les ayudarían a predecir estas inminentes amenazas, buscando reducir el daño causado.
Es imposible predecir totalmente o reducir a cero los daños, pero siempre evitarán que los tomen totalmente desprevenidos. Constantes simulacros a nivel personal, familiar, empresas, comunidades, ciudades, etc. de todo tipo de desastres, exigencia de construcciones con la más reciente tecnología preventiva, etc. Toda esta concentración a evitar lo impredecible se extiende a otros puntos de la vida y la sociedad.
Los cambios bruscos, demasiado rápidos, demasiado amplios, pueden producir estragos tan grandes como el de un terremoto, por lo que solo se realizarán en extrema necesidad, después de prepararse para las eventuales dificultades, y con la claridad mental de que algo puede salir mal. Cuando Japón decide realizar un cambio, no es porque sea totalmente seguro, sino porque se conoce y entiende las posibles repercusiones negativas, y se tienen planes de prevención o recuperación.
Aventurarse no debe significar un potencial suicidio. Japón ha sobrevivido a numerosos catástrofes que habrían “roto” muchas sociedades durante su historia, evitar lo impredecible es un postura de experiencia, no de intransigencia.