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Japón, Arquitectura y Pandemia: Kengo Kuma

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Si en alguna ocasión tienen la oportunidad de visitar Kyoto, les recomendamos visitar el Ace Hotel Kyoto que se encuentra en Shinpuhkan. Este último fue construído partiendo de una antigua compañía telefónica, y fue rediseñada por el reconocido arquitecto Kengo Kuma, quien la convirtió en un centro comercial con hotel y teatro incluído. Y aunque en palabras podríamos pensar que se trata de un complejo comercial más en la gran lista de edificaciones frías e impersonales que suelen enmarcar las calles de las grandes ciudades, en el caso de la arquitectura de Kengo Kuma podemos encontrar una relación más cercana a un antiguo templo en las montañas que aun rascacielos de cristal.

El notorio uso de la madera, que deja pasar la luz del sol entre sus espacios, esquinas, líneas, para crear intersecciones entre planos que emanan un denso bosque, o en la arquitectura tradicional japonesa. 

El particular diseño de Shinpahku, es muy característico de la arquitectura de Kengo Kuma, que responde a su constante exploración de la relación con la naturaleza, el contexto y la tradición local.

Y en un mundo en el que hemos cambiado rápidamente nuestro espacio habitacional y de trabajo, los espacios donde suceden nuestras conexones e interacciones, por causa del coronavirus, la filosofía artística y conceptos estéticos de Kuma, nos aportan una luz a lo que significa dar prioridad a la adaptabilidad y a lo que nos resulta familiar.

Uno de los conceptos básicos de Kuma desde que estableció su firma Kengo Kuma & Associates en 1990, es el crear “arquitectura vencida”. Es una forma que busca la humilde coexistencia con su entorno, sea esta una densa zona urbana o despoblada zona rural.

Para Kuma, esto suele hacerse mediante el estudio del ambiente japonés y su condición estructural como base de inspiración y experimentación.

“Japón es un país con muchos bosques y pocas áreas planas. Por lo que en un ambiente tan denso, la arquitectura tradicional japonesa tuvo que aprender a coexistir con su entorno para crear un espacio comfortable”, indicó Kuma.

“Además,” continuó, “el material, en este caso la madera y sus características naturales, son algo que los japoneses conocen bien y han acumulado mucha experiencia al trabajarlo. Desde tiempos remotos, han utilizado la suave y maleable madera para crear espacios íntimos. Por esto mismo, les es posible crear espacios recomfortables con esta, aun en zonas muy densas.”

La madera, el material predilecto de Kuma, tiene un papel protagónico en Shinpuhkan, así como en otros de su proyectos de gran tamaño, como es el caso del Estadio Nacional de Japón, diseñado para las Olimpiadas de Tokyo 2020. El Estadio Nacional fue concebido como un “árbol vivo”, situado a un lado de la zona verde de Meiji Jingu, recubierto por una fachada realizada con madera de las 47 Prefecturas de Japón.  

Para Kuma, la naturaleza de la madera representa lo familiar y lo adaptable, pero también representa un material flexible óptimo para la experimentación. En relación con Shinpuhkan, Kuma mencionó: “Usamos madera en áreas que se encuentran cerca de la gente, creando un espacio que ofrecer una innovativa experiencia del material.” Como resulta evidente en los diseños de Kuma, la cuidadosa elección de la colocación de cada material nos sitúa a un punto más cercano de la comodidad de la naturaleza.

Además de su continuo énfasis en el material, Kuma apunta a un tema más amplio que requiere discusión, y que ha salido a flote en modo evidente por las experiencias personales en la vida urbana durante la pandemia. “En general, antes del coronavirus, los rascacielos urbanos de las metrópolis eran el centro de la sociedad. Y en lugares como estos, se reunía no solo lo económico, también lo intelectual. Se pensaba que estos lugares eran idóneos en términos de eficiencia. Sin embargo, este ambiente era el causante de la mayor parte del stress de la gente”

Kuma describe como las ciudades antes del coronavirus, estaban compuestas de “cajas” que se apilaban una sobre otra, un ambiente poco natural para el ser humano. Un lugar que no aportaba ni fue concebido para ser habitado. “Después de la llegada del coronavirus, hemos entrado en un período donde el papel del arquitecto en el proporcionar una conexión entre el lugar y las personas es fundamental. Contrario a corrientes anteriores, es urgente encontrar nuevas soluciones”, indicó Kuma. Con la pandemia incrementando el interés en el trabajo remoto y la tecnología de la comunicación, las opciones en el cómo interactuamos con el espacio han crecido. El creciente interés en la mobilización y traslado de actividades que eran casi exclusivas a lo urbano, hacia la zona rural y suburbana, son efectos claros de esta nueva relación con el espacio.

Esto nos lleva a preguntarnos cuál es el nuevo papel de la metrópolis, su nuevo significado y función. Incluso, cómo cambiará la relación de lo urbano y lo rural con el cambio que nosotros mismos damos a nuestra relación con dichos espacios. “Desde la llegada del coronavirus, creo que inició un período en el que la gente eligirá “su espacio”; un espacio que sea adecuado a cada individuo, para trabajar y vivir. En este sentido, el papel del arquitecto conectando al individuo con “su lugar” también empezó a cambiar rápidamente. Cada uno de nosotros tendrá que decidir su espacio individual. Incluso las personas que hasta este momento no habían puesto mucha atención a estos detalles, se verán obligados a buscar con sus propios ojos y manos”

En muchos sentidos, esto puede ser muy liberador. Menos énfasis en valores comunes hacia los centros urbanos, permitiéndonos explorar libremente nuevos lugares, y redefiniendo cuál es indicado para uno mismo. Pero al mismo tiempo, esto puede resultar en un gran reto, ya que nos empuja a dejar espacios posiblemente no completamente adecuados, pero suficientemente cómodos para sobrevivir y con gran “valor” social. Lo que nos espera podría ser no solo refrescante, sino también “salvaje”

La filosofía de Kuma no se limita al diseño arquitectónico, sino que abunda en la relación del individuo, comunidad y naturaleza. Entre mejor integramos y coexistimos, nuestro espacio elegido será más familiar para nosotros, otorgándonos los medios necesarios para nuestro desarrollo a la vez que nos mantendremos sanos y felices.

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