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En Memoria a Masato Hara, Leyenda en la Producción Cinematográfica

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Masato Hara 原正人, el legendario productor cinematográfico que trabajó con Akira Kurosawa, Nagisa Oshima y otros renombrados cineastas de la decada de los 70, falleció por problemas cardiacos el pasado 17 de marzo, a la edad de 89 años.

Hara fue productor de grandes hits cinematográficos como Merry Christmas, Mr. Lawrence de Nagisa Oshima, Ran (1985) de Akira Kurosawa y Ring (1998) de Hideo Nakata. Sus obras destacaban los mejores talentos de Japón, tocando temas sencibles de la sociedad y generando una gran influencia a la formación cinematográfica alrededor del mundo.

Nacido en la Prefectura de Saitama en 1931, Masato Hara entró al negocio del cine después de graduarse de la Universidad de Waseda. En 1958, se unió a las filas de la distribuidora de cine Nippon Herald, donde estuvo a cargo del marketing antes de enfocarse a la distribuición y la producción.

Entre sus obras tempranas se encuentra Dersu Uzala (1975), una co-producción pionera entre Japón y la URSS dirigida por Akira Kurosawa. Grabada casi enteramente en las bastas tierras del extremo este de Rusia, nos muestra la verdadera historia de un cazador nativo en su hogar en el bosque, y el encuentro entre la “nueva” forma de vivir que está destinada a destruir la antigua.

Masato Hara continuó su carrera produciendo Merry Christmas, Mr. Lawrence (1983) de Nagisa Oshima. Estelarizada por David Bowie, Ryuichi Sakamoto, y Takeshi ‘Beat’ Kitano, nos muestra la relación entre cuatro hombres en un campo de prisioneros de guerra japonés; un rebelde oficial Sudafricano con un secreto de juventud que le causa sentimientos de culpa, protagonizado por Bowie; el joven comandante del campo, protagonizado por Sakamoto; y un oficial británico que ha vivido en Japón y puede hablar japonés en modo fuido, protagonizado por Tom Conti; y uno de los asistentes del comandante del campo, que es brutal y muy humano a la vez, con el que Lawrence desarrolla una amistad inesperada, protagonizado por Kitano.

Hara también produjo la última gran épica de Akira Kurosawa, Ran (1985). Con un presupuesto de 11 millones de dólares, fue la película más costosa que se hubiera producido en Japón hasta ese momento, y frecuentemente es citada como una de las obras cinematográficas más importantes jamás creada. A Kurosawa le gustaba grabar en lugares amplios, que se expanden, y la mayor parte de Ran se grabo en las faldas del monte Aso, el volcán activo más grande de Japón. Los 1,400 uniformes y armaduras que usaron los extras fueron diseñados por Emi Wada, y fabricados a mano por sastres expertos durante un periodo de dos años. Además de los fabulosos atuendos, Ran cuenta con la extraordinaria música del reconocido compositor Toru Takemitsu.

Otra de las grandes obras de Hara fue Ring (1998), un comentario sobre el Japón post burbuja económica que sufre de ataques de ansiedad. Nos cuenta la historia de un reportero que busca resolver un misterio relacionado con un cassette de video que causa la muerte en siete días a quién lo ve. En la figura de Sadako, Ring trae a la vida el arquetipo de fantasma japonés que busca venganza, mientras nos envía señales del peligro implícito en nuestra celebración sin cuestionamientos a la alta tecnología. Ring fue aclamada por los críticos, siendo un éxito taquillero a nivel mundial.

Además de Nagisa Oshima, otro gran talento con el que solía trabajar frecuentemente fue Masahiro Shinoda. El punto máximo de su trabajo conjunto fue Spy Sorge (2003), en el que se cuenta la historia de Richard Sorge, el reportero alemán que se unió a la Agencia de Inteligencia Militar Soviética, llegando a ser el espía más reconocido en la URSS. El reconocimiento a Forge se debe en mayor parte por su servicio en Japón durante 1940 y 1941, en el que obtuvo información acerca de los planes de Hitler de atacar la Unión Soviética. Fue arrestado, torturado, juzgado y sentenciado a muerte por el gobierno provisional de guerra a finales de 1944.

Masato Hara fue un gran exponente de las ambiciónes de su generación, que contrastan fuertemente con el escapismo y desenfrenado sentimentalismo de los cineastas actuales. Su interés en la historia, su intensión de tratar temas polémicos y visión internacional, lo marcaba como “hijo de los años de post guerra”, cuando el único camino era hacia arriba, crecer, levantarse, y “visionario” y “realista” no eran términos excluyentes. Echaremos de menos su talento, encontrando su legado en cada una de sus obras.