Bosque de las Siete Deidades de la Fortuna

El Bosque de las Siete Deidades de la Fortuna (Hida Kaiun-no-Mori Shichi-fuku-jin, en japonés) consta de siete enormes estatuas de las deidades sintoístas tallados en madera que una vez perteneció a árboles que tenían más de 1000 años, cerca de Takayama, Japón.

El septeto sagrado son figuras importantes en la leyenda y la mitología japonesa, cada uno con atributos únicos parecidos a aquellos de occidente. Hotei es el dios regordete de la abundancia, mientras que Bishamonten vela por los guerreros. También está Jurōjin, que es el dios de la larga vida, Fukurokuju, dios de la felicidad, y Benzaiten, diosa del arte y la iluminación. Finalmente, están Daikokuten y Ebisu, un par de deidades cuyo ámbito de competencia es el comercio y los negocios. Cada una de las deidades de la fortuna también tiene un aspecto específico, desde feliz y saludable hasta temible y severo. Las representaciones en el bosque captan cada una de las actitudes de los dioses tanto en el rostro como en el cuerpo.

Cada una de las figuras tiene un pequeño santuario a sus pies donde se deja agua de manantial extraída de un santuario cercano para honrar a las deidades. Conocido como el “agua de la suerte y la prosperidad“, se dice que el manantial brotó del suelo 1.700 días después de que los dioses compartiesen por primera vez su influencia divina con el mundo. Los alrededores del Bosque de los Siete Dioses de la Suerte con su tranquilidad brindan un entorno de meditación en comunión con las deidades de la fortuna para cualquiera que quiera visitarlo.