Your cart is currently empty!
Los poderes ocultos de los juguetes folklóricos de Japón
Los Kyodo gangu 郷土玩具 son los juguetes tradicionales de Japón los cuales en su mayoría están hechos de arcilla, madera y papel. Estos juguetes los padres solían regalar a sus hijos aunque ahora son más codiciadas por los coleccionistas que por los niños.
Si bien la forma general sigue siendo la misma, la forma y el aspecto de cada tipo de juguete difieren según cuándo, dónde y quién lo creó. Cada uno de estos juguetes encarna un deseo diferente, un poder oculto, o eso se esperaba, que velara por los niños, especialmente por su crecimiento que fuera saludable o su seguridad y la prosperidad de la familia.
Si bien los Kyodo gangu ha atraído la atención de la gente en los últimos años, estos juguetes se enfrentan al declive y peligran de desaparecer ya que hay una escasez de artesanos para mantener viva esta forma de arte. Al estar hechos a mano cada uno de estos juguetes tiene una forma y tamaño único por lo que son el perfecto “omiyage” o souvenir de Japón! Aquí te presentamos una lista de estos juguetes para que empieces tu colección!
Inu-hariko
Los inu-hariko son perros de papel maché fabricados por primera vez en el período Edo como amuletos para el parto y la crianza de los hijos. Este juguete tiene la figura de un perro porque se dice que dan a luz a sus crías con mucha facilidad. El Templo Suitengu fue construido en 1871 y está dedicado a la fertilidad. Desde el período Edo, las mujeres embarazadas y las parejas que esperan tener hijos vienen a orar y es aquí donde puedes comprar un inu-hariko como souvenir o recuerdo.
Daruma
Esta clásica figura japonesa representa al monje zen Bodhidharma sentado en meditación. Estas figuras se venden con ambos ojos en blanco ya que es costumbre dibujar su ojo izquierdo mientras pides un deseo o te propones una meta. El ojo derecho se dibuja una vez logrado ese deseo o meta. Casi en cualquier templo o santuario los puedes encontrar como souvenir, aunque el Templo Katsuoji, al norte de Osaka es un buen lugar para hacerte con el tuyo. Su símbolo es de de logro, de perseverancia.
Akabeko
Las Akabeko son vacas de papel maché y rinden homenaje a la leyenda de las vacas rojas que acudieron al rescate cuando las construcciones de Enzou-ji, un templo en Yanaizu en la prefectura de Fukushima, se encontraban en una etapa difícil. El akabeko le dio su espíritu a Buda y su carne inmediatamente se convirtió en piedra. Se le considera un símbolo de perseverancia y resistencia.
Otra versión de la leyenda afirma que una vaca que pastaba cerca, se negó a abandonar los terrenos del templo después de que se completó la construcción y se convirtió en un elemento permanente allí. Beko es el dialecto Aizu para vaca y se convirtió en un símbolo de la devoción celosa a Buda. Tocar ligeramente la cabeza del toro hace que se mueva. Si visitas la zona de Fukushima o Tohoku seguro la encontrarás en las tiendas de souvenir ya que se ha convertido en la figura representativa de esta región.
Pulpo en el Gato
Es conocido en japonés como neko ni tako. Probablemente hayas notado que los gatos están en todas partes en Japón. Esto se debe a que son ampliamente vistos como un símbolo de buena suerte y felicidad, pero si realmente quieres aumentar tu fortuna, necesitas un pulpo montado sobre tu gatito. Se dice que el pulpo representa “apegarse a las cosas buenas” y que el gato es un amuleto de la suerte como “para ahuyentar lo malo” por lo que es un amuleto que trae el doble de fortuna.
Kingyo Chochin
Se dice que el Kingyo Chochin, unas simples linternas que se asemejan a un pez de colores, se inspiró en el festival Nebuta en la prefectura de Aomori y se hizo por primera vez para niños hace aproximadamente 150 años. Son muy estimados como símbolo del verano en la ciudad de Yanai en la prefectura de Yamaguchi, donde la práctica se originó. Cada mes de agosto miles de faroles Kingyo Chochin decoran el pueblo. Los Kingyo o peces dorados son símbolo de riqueza, fortuna y buena suerte.
Tondari Hanetari
Originarios de Tokyo, los Tondari Hanetari son juguetes mecánicos que saltan y brincan como los gatos sobre un techo de hojalata caliente. Para realizar el truco, un bambú que sobresale de la parte delantera del juguete se balancea hacia atrás y se fija con resina de pino. El sello se debilita por lo que el palo se desprende y hace que la figura salte de su lugar con la fuerza de un resorte.