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VESTIGIOS DE CIVILIZACIONES ANTERIORES AL GRAN DILUVIO

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En esta ocasión vamos a dirigir nuestra atención hacia objetos que consideramos como vestigios enigmáticos porque desconocemos su procedencia, sus autores, las funciones que cumplían, a que épocas corresponden, etc.

Paralelamente consideraremos también los mitos antiguos y que aun hoy nos siguen llamando la atención por considerarlos entretenidos y seguido nos sorprenden por su originalidad y por un supuesto talento para narrar cuentos y sucesos fantasiosos.

Sin embargo, hay factores que sin reflexionar mucho, casi como una sospecha intuitiva, nos hacen diferenciar lo que son los cuentos ficticios, de estos otros, que provienen de prácticamente todas las culturas y regiones del mundo, así como, de cronologías difíciles de precisar, pero que han sido persistentes hasta nuestros días.

Entre los muchos mitos, aquellos que tienen trasfondo en la arquitectura y las ciudades podríamos mencionar algunos, tales como: el DILUVIO UNIVERSAL, que devasto ciudades enteras, tanto a sus edificios como a sus habitantes.

Entre estas se incluye la destrucción y hundimiento de la Atlántida y de otras muchas ciudades mencionadas en los escritos antiguos, pero que aun no han sido descifrados y además también los escritos de las civilizaciones primigenias, en los que se relatan claramente varios sucesos desastrosos.

Además de los libros y relieves escultóricos, tratándose de la arquitectura su representación más trascendental está presente en sus sofisticados centros ceremoniales y las muy variadas formas piramidales. Hoy podemos apreciar esta forma moderna en la Basílica de Guadalupe de la ciudad de México, cuya forma piramidal, o mejor aun cónica, representa la montaña o volcán, que es símbolo de la salvación y del renacer, y, por lo tanto de lo sagrado.

El mito de la TORRE DE BABEL que representa la arrogancia o soberbia humana y que pretendió ser una obra de construcción arquitectónica y urbana con forma cónica representando una montaña que alcanzaría la morada de los dioses. Esa blasfemia fue castigada por la diversidad de lenguajes que llegaron a tener los obreros y cuya confusión causo el fracaso irremediable (suena a la ONU y la OTAN).

En cuanto a las evidencias físicas denominadas vestigios también nos provocan curiosidad y despiertan nuestro interés por extraerles un esclarecimiento lo más convincente posible. Por ejemplo, muy recientemente, en Occidente, hemos tenido oportunidad de disponer de los descubrimientos hechos por los destacados investigadores rusos y chinos, antes censurados por la inquisición estadounidense, nos han evidenciado sitios de asombrosas construcciones indudablemente realizadas en épocas muy anteriores que fueron casi desaparecidas por las gigantescas catástrofes de los tiempos de los diluvios mencionados y que obliteraron casi la totalidad de civilizaciones avanzadas de mayor antigüedad que la registrada en nuestra historia.

Obviamente siempre lograran sobrevivir individuos, escrituras, construcciones, costumbres, y, todo aquello que, aunque limitadamente esparcido en los espacios territoriales y subterráneos del planeta, en algún momento impredecible, han surgido ante los ojos incrédulos y también ante aquellos mas escrupulosos que se esforzaran por ver el trasfondo de una existencia más antigua y nutrida que ha permitido, en un lapso menos a los diez mil años antes de Cristo, lograr la civilización y avances registrados en nuestra historia más inmediata.

Creo que es evidencia irrefutable la gran antigüedad de civilizaciones avanzadas, desde antes de nuestra época histórica, si consideramos los hallazgos más recientes de ciudades sumergidas a profundidades que solo con la tecnología actual se ha logrado su ubicación y exploración. Es posible verificar con detalles que aparecen en videos de estos sitios en el estrecho entre México y Cuba: en la India, la ciudad de Khrishna, no muy lejos de su litoral; en Yonaguni que está en el sur de Japón y que ha sido detalladamente fotografiada, y así, otras más.

Conviene enfocarnos en la aportación fundamental que todo esto significa para el entendimiento de los logros manifiestos en las zonas arqueológicas más antiguas que aún subsisten, como es el caso de orientar los edificios principales alineados con las constelaciones o con las posiciones solares y lunares en fechas claves como son las del inicio de las estaciones; los equinoccios y los solsticios; los momentos de las crecientes marítimas y la de los ríos; épocas de lluvias; fechas propicias para el sembrado y la recolecta; migración de animales, y, de manera especialmente asombrosa la creación tan precisa de los calendarios; especialmente los del antiguo México indígena.

En conclusión, tanto la arquitectura, el urbanismo, la escritura, los relieves escultóricos, los calendarios, etc., han servido para guardar la memoria y el registro de los sucesos y aconteceres más valiosos y fundamentales del orden y organización humana.

Este primer tema que hemos dedicado a mitos y vestigios arqueológicos, y, en los que la Arquitectura es objeto de muy elevado protagonismo también resulta ser testimonio de lo que aun, en la actualidad, siguen apareciendo en diversas partes de nuestro planeta. Desafortunadamente, muchos sitios arqueológicos antes de haber sido descubiertos han sido destruidos por obras de construcción o por las fuerzas violentas de la naturaleza. También es desafortunado el hecho de piratería dedicado al robo de tantos objetos valioso y que hoy se presume en “las cuevas de Ali Baba” y su infinidad de Ladrones “que abastecen y continúan alimentando los voraces prestigiados museos y universidades como los de Francia, Inglaterra, Alemania, Estados Unidos, etc., y que impunemente presumen como si fueran guardianes custodios de esos botines. La exhibición de estos objetos fuera de los países de donde proceden es condenarles a la misma “suerte” de tantos hermosos animales que han sido asesinados en cacerías desalmadas y ociosas para luego exhibirlos en ambientes de “cementerios elegantes”, no solo carentes de vida sino también de alma.

La arquitectura es una de las bellas artes que brinda culto a la vida y prolonga la espiritualidad del alma por incontables años. Es así que estos patrimonios que la humanidad hemos recibido y que datan de mucho antes del “gran diluvio” y que fueron los cimientos de las grandes civilizaciones primigenias, como fueron: la India; Egipto; México y Centroamérica; Perú y la zona andina; así como Mesopotamia y China. Seguramente se incluirán otras más y esperemos que permanezcan en su propio sitio para que luzcan y vibren sus energías de vida y armonía, por mucho tiempo más.