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Japón lanza máquinas expendedoras de carne de ballena para promover las ventas

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Después de luchar durante años para promocionar sus controvertidos productos, un operador ballenero japonés, encontró una nueva forma de ganarse la clientela y aumentar las ventas: máquinas expendedoras de carne de ballena.

La Tienda Kujira (Ballena), una tienda sin alguien que atienda abrió recientemente en Yokohama, la cual alberga tres máquinas de sashimi, tocino, piel y bistec, todos estos cortes de carne de ballena. También se puede adquirir carne de ballena enlatada a precios desde 1.000 yenes ( USD7,70) a 3000 yenes (USD23)

Son tres máquinas expendedoras ya las que ha lanzado esta tienda en la región de la capital japonesa. Está previsto que se abra un cuarto en Osaka el próximo mes.

 ⬇️En el siguiente video damos nuestra opinión sobre este tema!⬇️

Durante mucho tiempo la carne de ballena ha sido fuente de controversia, sin embargo las ventas en las nuevas máquinas expendedoras han tenido un buen comienzo. Las protestas contra la caza de ballenas han disminuido desde que Japón puso fin a sus muy criticadas cacerías de investigación en la Antártida y reanudó la caza comercial de ballenas frente a las costas japonesas.

Kyodo Senpaku espera lanzar más máquinas expendedoras en 100 ubicaciones en todo el país en los próximos años. 

La idea es abrir máquinas expendedoras cerca de los supermercados, donde la carne de ballena no suele venderse, para promoverla y que haya demanda, lo que representa una tarea crucial para la supervivencia de la industria.

Los supermercados se han mantenido alejados de la carne de ballena para evitar las protestas de grupos contra la caza de ballenas. Siguen siendo cautelosas a pesar de que el acoso de los activistas ha disminuido en los últimos años.

Muchos consumidores que quieren comerla no pueden encontrar o comprar carne de ballena por lo que esta compañía ha lanzado estas máquinas para satisfacer a los clientes.

Ls compañía dice que las ventas en los dos puntos de venta en Tokyo han sido significativamente más altas de lo esperado, lo que ha mantenido al personal ocupado reponiendo productos.

Las personas que quieren consumir carne de ballena dicen que están al tanto de la controversia sobre la caza de ballenas, pero que ésta les trae recuerdos de la infancia cuando la comían en cenas familiares y almuerzos escolares.

La carne de ballena fue una fuente conveniente de proteínas durante los años de desnutrición de Japón después de la Segunda Guerra Mundial, con un consumo anual que alcanzó un máximo de 233.000 toneladas en 1962.

“La gente cree que no es bueno matar ballenas sin sentido, sin embargo la carne de ballena es parte de la cultura gastronómica japonesa y se puede respetar la vida de las ballenas al apreciar su carne.

La carne proviene principalmente de ballenas capturadas en la costa noreste de Japón.

Japón reanudó la caza comercial de ballenas en julio de 2019 después de retirarse de la Comisión Ballenera Internacional. De esta manera, puso fin a 30 años de lo que llamó caza de ballenas para investigación, que había sido muy criticada por los conservacionistas como una tapadera para la caza comercial prohibida por la CBI en 1988.

Bajo su caza comercial de ballenas en la zona económica exclusiva de Japón, el año pasado Japón capturó 270 ballenas, menos del 80% de la cuota y menos que el número que una vez cazó en la Antártida y el noroeste del Pacífico en su programa de investigación.

Muchos grupos conservacionistas condenan la reanudación de la caza comercial de ballenas ya que dicen que la carne de ballena ya no forma parte de la dieta diaria en Japón, especialmente para las generaciones más jóvenes.

La caza de ballenas está perdiendo apoyo en otras naciones balleneras como Islandia, donde se han reducido las capturas en los últimos años por las críticas de que la caza comercial está dañando su imagen nacional y el turismo.

Las ballenas también pueden estar alejándose de las costas japonesas debido a la escasez de paparda, un alimento básico en su dieta y otros peces posiblemente debido al impacto del cambio climático.

Los legisladores gobernantes conservadores apoyan firmemente la caza comercial de ballenas y el consumo de su carne como parte de la tradición cultural de Japón.

Los funcionarios balleneros atribuyeron la disminución de la oferta en los últimos tres años a la ausencia de importaciones debido a la pandemia, y planean casi duplicar la oferta de este año con importaciones de más de 2500 toneladas desde Islandia.

Con un suministro extremadamente limitado, el procesamiento de carne de ballena no puede ser un negocio viable y puede no durar para las próximas generaciones.

Yuki Okoshi, quien comenzó a servir platos de carne de ballena en su restaurante de mariscos de estilo japonés hace tres años cuando la carne de ballena de mayor calidad estuvo disponible bajo la caza comercial de ballenas, dice que “el futuro de la industria de las ballenas depende de si los clientes nos necesitan y tal vez los restaurantes como nosotros, que están más cerca de los consumidores, tengan la clave para sobrevivir”

“La caza de ballenas puede ser un tema político, pero las relaciones entre el restaurante y nuestros clientes son muy simples”, dijo Okoshi. “Servimos buena comida a precios razonables y los clientes están contentos. Eso es todo, la carne de ballena es una carne más en la dieta de las personas”